Las características de una polea industrial están estrechamente ligadas al mercado al que está dirigida. En cada sector de actividad se requieren unas exigencias a nivel técnico que condicionan el diseño, materiales, tamaño y procesos de fabricación de las poleas. Además, existen normativas específicas que estos componentes mecánicos deben cumplir en función del entorno en el que se vayan a utilizar, así que, a la hora de distinguir la configuración y diseño de las poleas, lo más importante es tener en cuenta el sector al cual se dirigen.
Estos sectores son especialmente restrictivos y cuentan con una normativa específica, que incluye la Certificación API 8C. Las poleas destinadas al mercado Oil & Gas deben estar sometidas a los controles de calidad más exigentes y rigurosos, que incluyen los tests establecidos por las normas internacionales, así como ensayos en materiales y soldaduras, tanto destructivos como no destructivos.
Los ensayos a realizar serán diferentes en función de dónde se ubiquen estos componentes industriales, puesto que las exigencias en cuanto a temperaturas pueden variar mucho según la ubicación geográfica. Las características de soldadura y materiales, así como la resiliencia requerida no serán las mismas para una instalación situada en el Mar del Norte o en el Golfo de México, por ejemplo. Por ello, las cualidades en cuanto a dureza, impacto, pruebas de carga, equilibrado y tratamientos deberán ir acordes a la necesidad específica de cada proyecto.
Al igual que en el mercado Oil & Gas, el sector marítimo y offshore es especialmente exigente en cuanto a calidad. Las poleas han de cumplir con la norma de certificación de la instalación donde se ubiquen, el barco o la plataforma, y deberán contar con la aprobación por parte de inspectores externos o Third Parties. Los controles a realizar contemplan todo el proceso de fabricación, desde el aprovisionamiento de la materia prima y su trazabilidad hasta la inspección del producto final y pruebas de carga.
Estos entornos pueden contemplar que las poleas vayan a trabajar bajo el agua, por lo tanto es necesario tener en cuenta la estanqueidad, la resistencia a la presión y la protección mediante recubrimientos específicos.
La principal característica que debe cumplir este componente cuando se utiliza en el sector portuario es la dureza de garganta, ya que debe soportar velocidades muy elevadas. En estos entornos, los componentes mecánicos que no sean lo suficientemente resistentes sufrirán un desgaste acelerado.
Las poleas que se utilizan en puertos y astilleros tienen un rodamiento estandarizado, cilíndrico de rodillos en la gran mayoría de los casos. Estos ambientes son altamente corrosivos y por ello los rodamientos deben contar con una protección que evite la oxidación prematura.
Estos entornos, no siendo tan exigentes a nivel de carga, se caracterizan por las temperaturas extremas y un ambiente especialmente adverso. Es por ello que las poleas deben contar con protección en los rodamientos, retenes y tapas. También deben estar correctamente engrasadas para evitar el gripado.
La maquinaria de elevación y transporte aplicada al ámbito de la construcción normalmente está enfocada a pocas horas de uso. Las soluciones pueden ser muy diversas, adaptadas a las especificaciones de cada proyecto, así que su principal característica es la flexibilidad en sus características de diseño.
Las soluciones constructivas fabricadas a partir del soldado de los componentes permiten conseguir conjuntos adaptables a las exigencias de los diferentes sectores industriales. La principal ventaja de los procesos de mecanosoldado consiste en una mayor flexibilidad para responder a los requisitos específicos de cada proyecto, ya que el producto se puede customizar en función de las necesidades.
Este tipo de poleas están fabricadas con acero laminado o forjado y posteriormente pasan por un proceso de soldado y acabados, siendo posible adaptar el producto a las necesidades de cada entorno industrial en cuanto a radio, ángulo de garganta, tolerancias dimensionales de salto y alabeo, resistencia y tipos de cable, entre otras variables. También permiten diferentes configuraciones de rodamientos incluyendo rodillos, esféricos, obturados, casquillos o tapas.
Otra de las ventajas principales del mecanosoldado es la reducción de peso, que se traduce en una mayor capacidad de carga. Siendo más ligeras, las poleas fabricadas mediante estos procesos soportan cargas de trabajo mayores, permiten ángulos de inclinación de cable más altos y consiguen una mejor distribución de las tensiones.
Frente a la fabricación a partir de moldes, que supone un alto coste en mantenimiento y una versatilidad muy limitada, el sistema de mecanosoldado hace posible optimizar el diseño de la polea en función de la aplicación, consiguiendo costes de fabricación muy competitivos tanto en series largas como en tiradas muy cortas.